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¡Derechos para todos!
Barcelona, 21 de septiembre de 2013.- Ya no son 300, son muchos más, somos muchos más.
Ayer, en la Plaça de Sant Jaume, se respiraba la energía que da la razón, la energía de la dignidad.
Muchos acudimos a la llamada de los habitantes de la Nave de Poble Nou, muchas personas de todas etnias de Barcelona, porque ese fue uno de los gritos más repetidos: «¡Todos somos catalanes! ¡Viva Catalunya! ¡Barcelona una!»
Las personas que estaban en la plaza viven aquí desde hace más de una década, y su situación en el país sigue siendo la ilegalidad y la falta más absoluta de derechos.
Ellos y ellas piden lo mismo que queremos todos: una situación legal, una vivienda y un trabajo.
El Ajuntament de Barcelona ha incumplido casi todas las promesas hechas. Engañó a los emigrantes para que desalojaran la Nave que había sido su hogar y su techo durante muchos años y los ha dejado tirados en la más absoluta indefensión.
La concentración en la Plaça coincidió en el tiempo con la celebración de las Fiestas de la Mercé. A media tarde la orquesta empezó a tocar, justo cuando los representantes de los emigrantes leían sus reivindicaciones; los pitos arreciaron y, tras una pequeña negociación, la orquesta dejó de tocar.
Pudimos ver gestos de solidaridad de algunos músicos con los manifestantes. Una vez leídos los manifiestos, se decidió caminar por las Ramblas hasta la Plaça de Catalunya. Durante todo el trayecto no se pararon de gritar consignas, mezcladas con bailes y repicar de tambores africanos.
Al llegar a la Plaça de Catalunya los emigrantes nos informaron de las siguientes acciones y dieron por finalizada la concentración a unos metros antes de entrar en la plaza, para no molestar a las personas que estaban celebrando las fiestas de la Mercé.
