Para ver el resto de fotos ir a la galería de Fotomovimiento
Barcelona, 4 de enero de 2014.- Nos han vuelto a mentir. Con el nuevo año, nuestros gobernantes, algunos de los políticos que están en la oposición, empresarios sin escrúpulos y las portadas de los grandes periódicos nos han vuelto a mentir. Que el paro ha bajado, dicen. Y sin embargo, el número de afiliados a la Seguridad Social no para de bajar. Pero ese dato hay que esconderlo. Nos mienten. Nos siguen mintiendo. Dejamos que nos sigan mintiendo.
Y mientras nos mienten, el gobierno de CiU nos sigue subiendo el transporte público. También. Otro robo más. Servicio público: esto es, que sea de utilidad a los ciudadanos que lo necesiten; que no base su funcionamiento en el beneficio económico, si no en el servicio público. Pero en vista de la evolución de los precios desde el año 2006, adquirir hoy por hoy una T10 empieza a ser un lujo que cada vez estará al alcance de menos personas. En el año 2006, una T10 costaba 6,65 euros. La evolución, año a año, hasta el 2014, ha sido esta: 6,90€; 7,20€; 7,70€; 7,95€; 8,25€; 9,25€; 9,80€ y 10,30€, que es lo que cuesta hoy.
Por mucho que se empeñen en repetir que la prima de riesgo española está a nivel de volver a generar confianza en los mercados; que el paro ha bajado; que España ya está saliendo de la crisis; que ya se ve la luz al final del túnel; por mucho que lo repitan, es mentira. Absolutamente mentira. Nos mienten. Constantemente. Y es necesario que sepan que sabemos que nos mienten. Así que acciones como las de ayer en Barcelona, en las que ciudadanos abrieron y precintaron los accesos de distintas estaciones de metro —Sant Andreu, Arc de Triomf, Torre Barò, Lluc Major, Santa Coloma, Sagrera— para que los usuarios viajasen sin pagar, son cada vez más necesarias. Cada vez más.
Basta de pagar a quienes nos mienten, nos roban, nos estafan.
Por cierto, cuanto más parados haya y más cueste el transporte público, más difícil va a ser que los parados puedan moverse para encontrar trabajo. ¿Lo habéis pensado?
Fotografías: Pedro Mata Texto: Mónica Solanas
