Que el ser humano es un terrible depredador para si mismo no admite discusión. Mi generación, la de las bolsas de plástico, la de los bastoncillos para los oídos, la de las colillas de cigarrillos, la de los coches para todo, la del aceite de palma, la del coltán, la del silicio, no hemos querido ver como íbamos asesinando nuestro planeta y la casa de nuestros hijos y nietos. Callamos nuestras conciencias pagando por las bolsas de plástico o comprando un coche hibrido y por otro lado pensamos que los que vengan detrás que apechuguen.
Los que han de heredar nuestro envenenado legado lo saben y aunque costará que se desprendan de determinados elementos que se les han puesto a su alcance, ya entienden el peligro inminente y se rebelan a su manera contra la situación.
El ejemplo de la adolescente sueca Greta Thunberg va camino de convertirse en un importante movimiento a nivel mundial.
En Cádiz esos jóvenes que ya se han manifestado mas de un Viernes, esta vez han tirado de padres, abuelos, profesores, sindicatos, asociaciones, activistas, de todas las personas que han podido para hacer mas visible su movimiento en una ciudad bastante indolente con estos temas.
Junto a ellos vimos a miembros de la APDHA de Cádiz, de la Asamblea Ciclista Bahia de Cádiz, Cádiz en bici, Agaden Ecologistas, Huertos urbanos de Cádiz, entre otros. Particularmente me llamó la atención la presencia de un señor de la Marea Pensionista que en su mucho tiempo libre se dedica a llenar Cádiz de carteles para que no se tiren las colillas en la arena de las playas, últimamente he sabido que casi el 20% de la basura mas contaminante corresponde a los filtros de los cigarrillos, en su particular cruzada diaria, este señor ha pegado miles de carteles por toda la ciudad, nadie podrá decir que no los ha leído.
Los medios nos muestran casi a diario los efectos desastrosos de la basura en estómagos de animales, en las fosas mas profundas de los océanos, en forma de islas de una extensión increíble en mares y océanos, nos muestran inmensas masa de hielo desprendiéndose en los polos, animales huyendo del calentamiento, y ¿qué hacemos?, pues nada, o menos que nada porque seguimos consumiendo plásticos casi indestructibles, además del negacionismo al calentamiento global mostrado por determinados lideres mundiales seguramente condicionados por el gran capital, ¿como van a dejar la mayoría de las tiendas de ropa de darnos o vendernos una bolsa de plástico con su logo con nuestra compra?, ¿como van a dejar las grandes multinacionales de la alimentación de vender los plátanos en una bandeja de plástico retractilada con mas plástico?.
Me temo que ya no hay vuelta atrás, pero mientras los jóvenes nos siguen intentando concienciar debemos estar a su lado, igual en 6 o 7 generaciones se ha conseguido algo o tendremos la tecnología para ir a otros planetas a envenenarlos también.
Texto y fotos: Jorge Lizana