El jueves 4 de noviembre está previsto el desalojo de Casa África, un lugar que habitan desde hace dos años, luego de haber sufrido un incendio en el segundo edificio que ocuparon tras haber sido desalojados de la Teixonera. Una casa okupa que los alojó en 2018 cuando llegaron varios compañeros migrantes a la Estación del Nord, con apenas una orden de expulsión y la ropa con la que habían iniciado su travesía migratoria desde diferentes puntos de África.
Casa África se gestó con el soporte de asociaciones vecinales y colectivas de apoyo a las luchas migrantes de Barcelona. Un proyecto autogestionado que los llevó a organizarse y luchar por su supervivencia y contra la especulación inmobiliaria primero en Poblenou, ahora en el barrio Gótico.
Se han incorporado a las luchas antirracistas de la ciudad, actualmente aprenden catalán en Can Víes, y planifican montar una escuelita de idiomas, tuvieron su propia formación musical con el rap “casa áfrica resiste” y sobreviven como riders como muchas personas en irregularidad administrativa.
Actualmente se enfrentan a una nueva amenaza de desalojo. Desde hace un año que mantuvieron reuniones con el Ajuntament de Barcelona, este no ha tenido sino hasta esta semana contacto con los actuales dueños de la finca que habitan los hermanos y familias, en el edificio de Canuda 37, una antigua Escuela de Turismo, el CETT, cuyos dueños son familias acomodadas de la ciudad, una empresa que desempeñaba su trabajo para la Universidad de Barcelona.
Este jueves una vez más se encontrarán en pie de lucha ante una nueva amenaza de desalojo. Preparan un desayuno solidario y esperan que seamos muchas las que acompañemos esta lucha por la dignidad de la población migrante en la ciudad y contra los desahucios de nuestras vecinas y vecinos de Barcelona.
#StopDesahucios
#CasaAfricaResiste

Texto: Victoria Columba

Fotos: Pedro Mata

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