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«El poder radica en infligir dolor y humillación. El poder está en la facultad de hacer pedazos los espíritus y volverlos a construir dándoles nuevas formas elegidas por ti. ¿Empiezas a ver qué clase de mundo estamos creando?» George Orwell, 1984

Barcelona, 08 de noviembre de 2013.- Los periodistas volvemos a estar de luto. Esta vez le ha tocado a la RTVV, la pública valenciana. Era insostenible seguir manteniéndola. El President Fabra ha decidido sacrificarla, priorizando la necesidad de los ciudadanos para poder tener sanidad y educación públicas. A ese nivel ha llegado el engaño y la desfachatez del Partido Popular, el que gobierna también en el País Valencià.

Lo más curioso es que hoy aparece publicado en el Diario Oficial de la Comunidad Valenciana (DOCV) la licitación pública del contrato de explotación y mantenimiento en el aeropuerto de Castellón. 25 millones de euros, que se dice pronto. No se admiten prórrogas: el contrato se firma por 20 años. Es cierto que el anuncio se envió al DOCV el pasado 21 de octubre de 2013, pero en esa fecha el ejecutivo valenciano ya sabía que el ERO era ilegal. Aunque no lo hubieran dicho todavía los tribunales. Como esta barbaridad, hay muchas más. Y cometidas dentro de la cadena por los directivos de la misma.

•En el año 1995, cuando los populares llegaron al poder, la cadena contaba con una plantilla de 635 trabajadores, y los gastos en nóminas ascendían a 19 millones de euros. En el año 2010, la plantilla había aumentado a 1.800 trabajadores y su remuneración a 80 millones de euros.

•Siendo director de Antena de Televisión Valenciana (TVV), Fernando Lázaro pagó 634.840 euros por tres reportajes —de los que solamente se ha emitido uno— a Triskel Audiovisual, empresa a la que él mismo está vinculado.

•En 2006, Pedro García, director de RTVV, y coincidiendo con la visita del Papa, contrató por 7,4 millones de euros los servicios de Teconsa —de Special Events, estrella de la trama Gürtel— para la instalación de sonido.foto post fotomov dentro

•La inversión en eventos deportivos es otro de los agujeros sin fondo: 22 millones —IVA a parte, claro— por los derechos de emisión de la Fórmula 1. El año de la 32 edición de la Copa América, la cadena compró derechos de retransmisión por valor de 81 millones.

•Los derechos de televisión para la retransmisión de los partidos de equipos valencianos costaron 459,5 millones de euros: el Valencia CF se llevó 203,8 millones de euros, el Villarreal CF ingresó 152,6, y el Levante UD tan solo 27,5 millones. El canal no recuperó ni la mitad de la inversión.

•Dos informes para ayudar a reorganizar el ente. 190.000 euros que se rifan en concurso para ver quién se encargará del segundo. El anterior, adjudicado a Price Waterhouse Coopers en 2010, salió por 180.000 euros.

•Cuando Francisco Camps sustituyó a Eduardo Zaplana, los tertulianos de DBT cobraban 800 euros por programa. Si vivía fuera, el gasto llegaba a los 1.500 euros.

•Entre julio de 2011 y agosto de 2013, se pagaron 840.839 euros a las cinco personas que hacían el seguimiento informativo del presidente Fabra. Los gastos de material y medios técnicos no están incluidos en esa cifra.

•Los sueldos de los directivos eran jugosos: José López Jaraba cobró en 2009 la cifra de 104.902 euros, más de 21.000 fue en concepto de dietas; Lola Johnson ganó 80.417 euros anuales; Lluís Motes (director de Ràdio 9) ingresó 64.404 euros.

•En los 18 años de gobierno del Partido Popular en Valencia, la cadena ha acumulado una deuda de 1.300 millones de euros.

Estos son solamente algunos de los ejemplos de cómo se ha gestionado el canal, y que dan razón del agujero financiero.

El problema de base es el secuestro ideológico del canal. Alguien muy sesudo escribió que aquel que escribe el material que conforma el pensamiento público es quien determina, más que nadie, el carácter de la gente y el tipo de gobierno que esa gente tendrá. El ejecutivo popular ha sabido dictar férreamente ese material.

Texto: Mónica Solanas

Fotos: Jorge Lizana