“Quiero mi cerveza” era uno de los gritos que se escuchaban hoy en Pl Sant Jaume, primero frente al Ajuntament y luego frente a la Generalitat.

El gremio de la Hostelería, con mucha representación de jóvenes, se ha concentrado para pedir a las instituciones que no los criminalice, ni los señale, ni los culpe y ni los castigue como fuente de trasmisión del coronavirus.  Seguramente, tiene bastante más que ver con la propagación del virus la mala gestión de la Sanidad Pública y de las condiciones de vida mínimas que ha de procurar a la gente una clase política que dice representarla. Y esto viene de lejos, muy lejos, no se trata de un descubrimiento de fachas negacionistas.

El problema, sea el que sea y te lo creas o no, existe y trae unas consecuencias. Son éstas consecuencias las que están afectando a millones de trabajadores y trabajadoras, y un sector especialmente castigado es el hostelero.

Ha sido convocatoria muy numerosa y en la que se repriraba un nivel importante de enfado, incomprensión, indignación,  abandono  . . . lo que ha llevado al lanzamiento de huevos a los mosssos en un lado y  latas y platos y algún otro objeto a las puertas del Ajuntament al otro lado de la plaza.

La policía en negociación con representantes de los manifestantes les comunicaba que si no paraban en su actitud los disolverían, los representantes han conseguido parar los lanzamientos cuando se ha acordado que pudiesen ser recibidos por alguien de la Generalitat.

Fotos: Pedro Mata

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