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Hoy, 23 de mayo, las y los técnicos de contratas, subcontratas y autónomos de movistar alcanzan los 46 días de huelga indefinida. En plena jornada de lucha y solidaridad con las compañeras huelguistas, se ha convocado una concentración en el Parc de les 3 Xemeneies.

Telefónica-Movistar ya se plantó desde el pasado 7 de abril en su negativa a negociar con una representación de las y los trabajadores, aún teniendo miles de clientes sin servicio. Pero, qué se puede esperar de una empresa que apuesta por aplicar reducciones salariales en momentos en que el personal se encuentra en una situación de precariedad desbordante? De una empresa que paga entre 500€ y 800€ brutos mensuales por 10 horas diarias, mientras su presidente, César Alierta, está cobrando 500.000€ anuales? De una empresa que está dispuesta a reducir las retribuciones a 400€, a pesar de que las y los trabajadores han de sufragarse la seguridad social, impuestos y desplazamiento? De una empresa que considera la huelga un conflicto ajeno y sigue sin reconocer al colectivo un interlocutor válido? Pues hacer caso omiso a las peticiones de huelguistas, exactamente lo que hacen.17412337353_c069c0dce7_o

Aún con este turbio panorama, las y los técnicos están dispuestos a seguir con la lucha hasta que Telefónica-Movistar reconozca la responsabilidad que tiene con su personal técnico, se establezca un máximo de 40 horas semanales y un mínimo de 2 días de descanso, se pare la campaña de criminalización contra huelguistas, se configure un convenio de telecomunicaciones y la mejora de las condiciones de seguridad laboral.

Ayer en Bilbao se firmaba un contrato de compromiso entre huelguistas y partidos, coaliciones y parlamentarios. El contrato establece que estos últimos se comprometen a suspender y no renovar contrataciones públicas con Movistar o cualquier otra empresa si no garantizan el establecimiento del máximo de horas semanales, el mínimo de días de descanso e igualar salarios por un mismo trabajo.

La huelga en un sector tan relevante como es el de las telecomunicaciones puede marcar un punto de inflexión en la lucha contra la esclavización laboral y convertirse en punta de lanza para que otros colectivos se sumen ante la creciente pérdida de derechos.

Texto: Alba Ortega
Fotos: Xavi Ariza, Pedro Mata, Tono Carbajo.