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12O, nada que celebrar
Barcelona, 13 de octubre de 2013.- Ayer no había nada que celebrar. Los mismos fascistas que hace más de 500 años invadieron, saquearon y arrasaron, por mucho que hablen de descubrimiento; los mismos fascistas que hace ocho décadas atentaron contra una democracia y llenaron nuestras cunetas de torturados salvajemente y asesinados; los mismos fascistas que hoy reciben pábulo de nuestros gobiernos para cometer actos de violencia —en la mayoría de los casos extrema—. Contra todos ellos, muchas calles de Barcelona se llenaron ayer, para exigir el fin de su impunidad.
Varios colectivos, entre ellos la Plataforma Antifascista de Sants y Unitat contra el feixisme i el racisme (Unidad contra el fascismo y el racismo), se concentraron ayer para reclamar una resistencia en bloque contra el fascismo. Desde las 8 de la mañana y hasta bien entrada la noche, manifestaciones, concentraciones, charlas, parlamentos, conciertos… se sucedieron para demostrar con total claridad que no queremos más fascismo en nuestras calles.
Ni fascismo, ni racismo —ni el clasismo que siempre se esconde detrás—. El barrio de Sants, la Plaça Universitat, la de la Mercè: diferentes escenarios en los que las distintas plataformas manifestaron su reivindicación, apoyados por muchos ciudadanos anónimos. El acto final, un acto unitario que conjugó cultura popular, charlas y música, estuvo marcado por la crítica a la actual ley de extranjería, que «penaliza la solidaridad con los inmigrantes». Muchos de ellos «han cuidado a nuestros mayores, a nuestros enfermos; nos han sido útiles hasta ahora, y ahora los encerramos en CIEs». Además de colectivos en defensa de la resistencia indígena, también estuvieron presentes los habitantes de las naves. Ibrahima, en representación de todo el colectivo de #som300, volvió a pedir ayuda para «los chicos de las naves, porque están sufriendo mucho». Recordó cómo el Ajuntament les hizo promesas de papeles, techo, de una vida digna. Y cómo todas esas promesas no se han cumplido. «Los chicos están durmiendo en la calle. Por favor, hay que responder».
Las víctimas de los dos últimos naufragios en las costas italianas también estuvieron muy presentes en las palabras de Ibrahima. «Los muertos de Lampedusa emigraron de su país porque no tenían otra salida». Anoche supo expresar perfectamente cuál es la situación real, cómo sufren una discriminación cruel e inhumana: «Nosotros somos los africanos de las naves. En la colonización, Europa ocupó toda África: nosotros solo hemos ocupado una nave».
Ayer 12 de octubre, como cada año, no había nada que celebrar.
Texto: Mónica Solanas
Fotos: Tono Carbajo, Jorge Lizana