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Cien moldes dando forma y voz a las mujeres. Un grito tribal, mudo y directo.
Un hilo conductor que ata cabos y desenreda nudos a través de máscaras que abandonar en cualquier esquina del tiempo. Sueños rotos en reconstrucción.
Una solemne e irreverente ´procesión` a espaldas de quien constriñe y firmes ante quien da la espalda.
Edificios a dinamitar desde su núcleo. Desde la ternura de la revolución. La rebeldía como munición.
Insurrección silente y sonora y amable y contundente. Enfrente, un mundo que da la espalda.
En su retaguardia durante una hora marcada, un paso atrás en apnea sosteniendo cada fortaleza.27869932196_5762318041_o

Rocío Parrilla en representación del colectivo » Mujeres y Punto «describe el objetivo de esta acción realizada el viernes 24 de Junio a dos días de las Elecciones Generales, de este modo:
“ En una acción colectiva, en la que 100 mujeres hemos dejado nuestra impronta, en esas cabezas blancas para decir o preguntar ¿por qué seguimos sin estar, porque no hay ninguna mujer que en las elecciones del día 26 de junio vaya a optar a ser presidenta del gobierno de España? ”

Este proyecto contó con la colaboración del escultor Juan Flores que la materializó moldeando durante casi dos meses, las cabezas de las 100 integrantes de esta acción en la que, como afirman desde el colectivo:
“ No habrá manifiesto, no habrá palabras, porque estamos hartas de los discursos políticos vacíos. No queremos seguir fomentado la ambigüedad, el hueco discurso político, los actos tibios que no contribuyen a nada.
Esta acción tenía un objetivo claro, seamos 100, y mostrémonos. Y en la plaza habrá 100 cabezas de mujer, con una venda morada en los ojos como símbolo de nuestra invisibilización.
“ Vamos a mostrar esa parte de nuestro cuerpo donde está el intelecto, los pensamientos, la reflexión, la vida en cada uno de nuestros surcos en la piel, y vamos a ser contundentes, visibles, potentes, conscientes, insumisas.
Esta es una acción artística, poética, pacifica, con una contundencia visual inapelable. No cabe otra negociación, estamos.”

Comienza la acción: Un primer paso silencioso siguiendo los trazos de un mapa que conforma un territorio a ´okupar` en la Plaza de la Virgen de Valencia, en el que cada una ha ido dejando el molde de su cabeza en el suelo.
Un espacio ´okupado` por cabezas blancas cuyos ojos vendados con cintas moradas tejidas a mano, miran y retan al Palau de la Generalitat, a espaldas de la Catedral de Valencia.
Momento de silencio entre miradas y pasos cerrados sobre suelo e intención firme: la de interpelar por cada ausencia en las instituciones.
´Okupar` y levantar contra el cielo las mudas cabezas apuntando y señalando a la Generalitat Valenciana y a Les Corts Valencianes, que siguen condenando al destierro de la ausencia a cada mujer, en nombre de leyes no escritas.
Cabezas en ofrenda dejadas en un altar que roza el suelo frente a las cerradas puertas del Palau de la Generalitat, cuyos cristales se convirtieron en el espejo de lo que afuera palpita: Reivindicación para, desde una igualdad de facto, ´okupar` las mujeres todos los espacios vetados. Un afuera excluyente que ese reflejo delata.

“No somos las mismas, estamos y ya no nos quitan, es nuestro momento y vamos a tomarlo con contundencia.”, afirman desde Mujeres y punto.

Una plegaria salvaje entre espacio sagrado y pagano, susurrada sin excusa y con apremio que concluyen de este modo: “ No más discursos vacíos, no más intervenciones huecas, no más silencio, no más invisibilización, dolor, muerte, no más minutos de silencio, nunca más serviles, nunca más utilizadas, nunca más violadas, nunca más amordazadas.”

Indican además, hacia donde mirar para poder ver:
“Queremos que esta acción no sea leída únicamente en la superficie, queremos que miréis los rasgos y las improntas en las cabezas, que descubráis la fuerza de cada una de ellas, lo que transmiten, lo que estamos compartiendo en la acción, lo que decimos sin palabras, la suma de tantas pasiones dejadas allí, pero interiorizadas en cada una de las 100 mujeres que como símbolo y como representación de muchas más nos mostraremos.”

Esa es la realidad de la política institucional: las mujeres frente a ella formando parte de un espejo de igualdad meramente formal. Una vindicación legitimada por una Historia ausente hasta torpedear los cimientos de lo que Carla Lonzi describe y apunta con precisión:
» La actuación de la mujer no implica una participación en el poder masculino, sino cuestionar el concepto de poder.»

Porque constreñir y alienar bajo un manto de ilegítima legalidad el espacio político, es la coartada perfecta para seguir subsumiendo a las mujeres en el patriarcado desde las públicas, políticas y acotadas instituciones.

24 Juny 2016 a València

Texto y fotografías: Raquel Gaspar