La vallas casi nunca son una buena solución.

Hoy 11 de abril, se han concentrado en los conocidos búnkers del Carmel muchos vecinos y vecinas convocadas por varias asociaciones ciudadanas de la zona, como la Plataforma d’Habitatges Afectats dels Tres Turons (PHATT) la Asociación de vecinos del Carmel y l’Assemblea de Barris pel Decreixement Turístic.

El motivo fue mostrar el descontento ante el vallado perimetral de la zona anunciado por el ayuntamiento para este verano.
Vallas aparte, en Barcelona tenemos un grave problema de modelo de ciudad. Antes de la pandemia ya estábamos a punto de morir de éxito turístico y parece que el parón no ha hecho reflexionar a los dirigentes políticos sobre modelos más sostenibles y menos basados en la concentración de recursos en un modelo de explotación turística que solo beneficia a unas cuantas grandes empresas y que solo deja en la ciudad trabajos precarios, camareros y kellys.

La actual situación de los búnkers y los problemas que ha traído al barrio, guardan una relación directa de causa efecto con la “humanización” de los accesos a la zona y su publicitación por parte del ayuntamiento como un anexo al Parc Güell. De hecho esas han sido unas de las escasas inversiones visibles en el barrio durante las últimas legislaturas.

Todos estamos de acuerdo en que es insostenible el abandono total en el que se encuentra la zona y en que es necesario que cesen las molestias que producen a los vecinos las fiestas y movimiento de gente en los horarios nocturnos.
Donde la diferencia de criterio es palpable es en la solución que se quiere dar al problema y en el análisis de las razones que lo han provocado.

El Carmel no sería el primer barrio que, tras dejarlo en total abandono y con la excusa de adecuar infraestructuras sufre un rápido proceso de gentrificación de sus vecinos por una subida inasumible de los precios consecuencia de la especulación inmobiliaria.

El proyecto de vallado del Turó de la Rovira está presupuestado en 907.276 euros. Varios vecinos señalaban que hay unas cuantas cosas que arreglar en el barrio antes de invertir semejante cifra en levantar una valla.

Desde las asociaciones vecinales se exige al consistorio que abra un dialogo y una participación ciudadana real en la toma de decisiones sobre los problemas del barrio y no para cubrir el expediente.
Los colectivos convocantes anuncian que las movilizaciones continuarán. Los vecinos del Carmel no parecen estar dispuestos a tirar la toalla. No se puede olvidar que este es un barrio hecho a si mismo a través de la lucha de sus vecinos y vecinas durante décadas.

Fotos y texto, Tono Carbajo.

2021_04_11 No al cierre búnkers Carmel_Tono Carbajo (01)