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Debemos parar la sangría en los derechos sociales

Barcelona, 24 de febrero de 2013.- Las 17.00h era la hora de convocatoria para la salida de las tres columnas que debían confluir en Plaça Catalunya una hora y media después: la Columna Laboral, cuyo punto de arranque era en Marqués de Campo Sagrado; la Columna de Derechos Sociales y Servicios Públicos, que partía desde Plaça de Pau Vila; y la Columna Antirrepresiva, que iniciaba su recorrido en la esquina de Paseig de Gràcia con Casp. El lema unitario de la convocatoria era Fem-los fora, Juntes podem (Echémosles, Juntas podemos).
Como siempre, el baile de cifras va desde las 14.000 personas que ha contado la Guardia Urbana y la de 40.000 que se ha dado desde algunos de los colectivos que han participado en la marcha. Pero no se puede negar que hoy muchísimas personas han vuelto a salir a las calles de Barcelona, de todas las edades y condiciones, como ya está siendo habitual de un tiempo a esta parte.

A falta del poder de la ubicuidad, me he sumado a la Columna Antirrepresiva a las cinco de la tarde, y con ella he seguido el recorrido de precalentamiento. Muchas caretas con las fotografías de las víctimas que, en la ciudad de Barcelona, han perdido un ojo por culpa de las balas de goma; también muchos parches y grandes pancartas con sus fotos, además de lemas como Stop repressió y Prou impunitat policial (Stop represión, Basta de impunidad
policial) entre otros. Más de 1000 personas, según la plataforma En Moviment, hemos partido del punto en el que el pasado 14 de noviembre —fecha de la segunda Huelga General— Ester Quintana perdió un ojo por culpa de una bala de goma. Custodiados por agentes de la Guardia Urbana, la columna ha subido hasta Consell de Cent ocupando todo el ancho de Paseig de Gràcia para llegar hasta la Conselleria de Interior, en Paseig Sant Joan. Allí, representantes
de la asociación Stop Bales de Goma han leído un manifiesto pidiendo la erradicación del uso de estos proyectiles, así como de la violencia e impunidad policial. La esquina del edificio se encontraba totalmente vallada, y varios furgones de los Mossos d’Esquadra, además de unos cuantos agentes con la cara tapada y sin sus números identificativos a la vista, grababan a los manifestantes. Gritos de La policía tortura y asesina, Ser policía vergüenza me daría, El
hijo del madero a la universidad para que no sea como su papá, Mercenarios, etc. se han oído constantemente al paso de los manifestantes; mientras, un agente de la policía autonómica catalana filmaba el paso de la columna.

De camino a Plaça Catalunya —punto en el que ya esperaban otros colectivos, entre ellos los Iaioflautas y varios miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, la PAH, de distintas localidades—hemos pasado también ante el edificio de La Bolsa, donde un grupo de afectados por las preferentes hacían uso de su derecho a la queja dejando evidentes signos de cabreo en la puerta de la misma: huevos, basura, algún que otro lema pintado con spray en sus muros… Y la conocida pancarta del tiburón, alegoría del banquero sin escrúpulos.
La llegada a Plaça Catalunya de todos los participantes ha sido lenta: a las 18.30 seguían confluyendo personas desde diferentes puntos, bien porque las columnas iban retrasadas bien porque algunos ciudadanos se han unido directamente a esa hora a la manifestación. El punto caliente de la plaza lo ha marcado un numeroso grupo de miembros de diferentes PAH de Barcelona y poblaciones colindantes, que junto a los Iaioflautas y el resto de concentrados
han reivindicado con gritos las diferentes peticiones que nos reunían allí a todos: desde el derecho a la vivienda pasando por la sanidad y educación públicas, hasta el rechazo de los recortes y del pago de una deuda que no ha sido contraída por la ciudadanía, la represión e impunidad policial, los despidos y EREs encubiertos amparados bajo el paraguas de la reforma laboral, el rescate a la banca y la criminalización de cualquier tipo de protesta ciudadana.

A las 19.00h la concentración se ha puesto en movimiento para dirigirse a Plaça Sant Jaume bajando por Via Laietana, no sin antes hacer una parada obligada en la tienda de Movistar de Portal de l’Àngel, donde los trabajadores de Telefónica han tomado el protagonismo con su petición de la readmisión de Marcos —recordemos que fue despedido mientras se encontraba de baja médica, debidamente justificada, por no ser rentable en palabras de la empresa—: el
mismo sábado 23 se daba inicio a una segunda huelga de hambre por parte de 15 de ellos.
Fam de justicia (Hambre de justicia) se podía leer repetido varias veces en la pancarta que mantenían desplegada justo a las puertas del punto de venta citado, puertas que han sido cerradas por el personal de seguridad de la misma para que nadie pudiese entrar. Una lluvia de huevos, basura, alguna que otra frase escrita con spray en sus muros —Marcos readmisión, Urdangarín a la prisión— y pegatinas en sus cristaleras en las que podía leerse Movistar nos mata han respondido al ese cierre de puertas.

La marcha ha continuado hasta Plaça Sant Jaume. Imposible prácticamente dar cabida a los numerosos manifestantes: a las 20.00 la concentración debía disolverse pero veinte minutos después de esa hora seguían entrando manifestantes a la plaza. Entre fuertes pitadas y el grito de las proclamas que se habían ido repitiendo durante toda la tarde, los diferentes colectivos han hecho lectura de sus manifiestos ante las puertas de la Generalitat, también fuertemente custodiadas por los Mossos y el despliegue de las consabidas vallas. La disolución de los convocados ha sido muy lenta, a pesar de las frías temperaturas. Tal vez porque el número de los que empiezan a pensar que es necesaria esa confluencia de fuerzas va en aumento: mucho más frío será que no consigamos parar esta sangría en los derechos sociales.

Texto de Mónica Solanas

Fotografías de Tono, Jorge, Ramon, Samuel y Manuel