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Barcelona, 24 de febrero de 2014.- 3.500 consejeros y representantes de 145 Estados. Más de 75.000 asistentes de 200 países. 1.900 policías vigilando la feria. 7.220 empleos temporales. Ocupación hotelera de casi el 100%, a un precio medio de 500 euros. Dos de ellas se cotizaron a 2.013 euros. Por noche. 1.000 euros al día por alquilar un piso en el centro. 3.500 millones de euros de ganancia para la ciudad de Barcelona.

Las cifras del éxito, que garantizan la permanencia del salón hasta el año 2018. El éxito de unos pocos, claro. Por ejemplo, de la Autoridad del Transporte Metropolitano, la AMT, que a principios de este año volvió a establecer la nueva subida del transporte. Desplazarse por la ciudad del éxito en transporte público es casi un lujo. No para los asistentes del MWC, para ellos era gratuito. La gota que colmó el vaso. La plataforma Stop Pujades lo había dejado claro: llevaban semanas realizando acciones para reclamar una revisión de las tarifas, y la semana de la feria iba a ser un buen momento para redoblar los esfuerzos.

Esta mañana temprano, en las Xemeneies del Poble Sec, un grupo de personas de la plataforma, a los que se han unido los Iaioflautas, se han dirigido a la Ronda del Litoral, donde han cortado la circulación, para seguir hasta el metro de Drassanes. El corte de la línea ha durado una media hora, tras la cual se han dirigido a la Plaça Espanya y han interrumpido el paso de los trenes que iban al MWC durante otra media hora.

Una vez en la calle, se han unido a las marchas que discurrían por la Gran Via de los compañeros de Panrico y Telefónica para ir hasta el recinto ferial, donde ya se encontraban concentrados miembros del cuerpo de bomberos. Los trabajadores de Telefónica, disfrazados de teléfonos móviles, han realizado una performance mientras los de Panrico recogían fondos para sufragar la huelga que ya dura semanas.12748663815_29a65b9d9b_z

A las puertas de la feria, los Mossos d’Esquadra vigilaban tan concienzudamente como lo han hecho a lo largo de todo el recorrido de las marchas. Los visitantes del MWC, algo sorprendidos, accedían al recinto por el pasillo de Mossos al que les dirigían los agentes de la Guardia Urbana, o eran acompañados a través de los manifestantes por personal del congreso. Por supuesto, y en su línea de cinismo, el alcalde de Barcelona, el convergente Xavier Trias, ha señalado en una emisora de radio que “estamos en una democracia y, lógicamente, protestar y manifestarse se debe poder hacer”. Tomamos nota, Alcalde.

 

Fotografías: Pedro Mata
Texto: Mónica Solanas