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«En 2005 el progresista ayuntamiento neoyorquino, en un auténtico lavado de imagen, dio su nombre a una de las calles de Greenwich Village, el mismo barrio en el que años antes Sylvia lanzaba un cóctel molotov contra la policía municipal que acosaba a las mariconas del Stonewall Inn. Ahora la represión permanece en la ciudad, pero le toca camuflarse y cambiar con los nuevos tiempos de integración».18617687853_f389194817_b

Extraído del prólogo de la edición castellana de “Street Transvestite Action Revolutionaries” por la Distribuidora Peligrosidad Social.

El día del “orgullo gay” conmemora un levantamiento, un estallido de insurrección, un día en el que las maricas, trans y demás disidentes del heteropatriarcado, se alzaron en pie de guerra ante una sociedad que les atacaba constantemente por su forma de vivir su sexualidad, su cuerpo y su vida. Una manada insumisa decidió hacer frente a la policía, el más visible de los brazos ejecutores de esta sociedad, que noche tras noche acosaba a aquellas personas que tenían el valor de vivir sus días de la forma en que deseaban vivirla.

Hoy en día vemos como esa balanza se va decantando, y como Barcelona es pionera en una legislación en defensa de los colectivos LGTB (podríamos alargar infinitamente el acrónimo para las personalidades sensibles y hablar de LGTBIQA y demás ramificaciones. La lucha es siempre la misma: que toda persona sea libre de vivir su sexualidad de la forma que le plazca, sin que tenga que sufrir por ello ninguna discriminación).

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Hemos visto en la manifestación un enorme guiño por parte de las instituciones. Al llegar al Ayuntamiento había colgada del balcón la conocida bandera con los colores del arco iris, un intento de afinidad por parte de una estructura municipal recién llegada de la calle a las instituciones, con el objetivo de formar alianzas no existentes anteriormente entre los movimientos sociales y las estructuras de gobierno.

Los tiempos cambian, los procesos avanzan. Es importante recordar la historia que vamos construyendo. Lo que ayer eran los disturbios de Stonewall, hoy es una marcha festiva a lo largo de cientos de países. Es importante mantener una visión amplia de lo que sucede, y tener presente que, en algunos países, la homosexualidad no solo es perseguida sino que está penada: de reclusión forzada a la pena capital.La afinidad por parte del ayuntamiento con las movilizaciones a pie de calle, significa una victoria para mucha gente. Da aire a unos colectivos consolidados a aspirar a poder influir en el rumbo de la maquinaria legislativa.

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Debemos seguir trabajando para que toda persona pueda vivir su sexualidad de la forma que le parezca conveniente, pero es importante recordar que la gente del margen, las personas que son excluidas deliberadamente de la sociedad, a veces deben decir basta y asumir las consecuencias de una confrontación directa. Quizás hoy parece que el viento que sopla nos ayuda a avanzar en la dirección adecuada, pero es importante que recordemos de donde venimos. Saber que esta marcha festiva que hoy ha recorrido las calles de Barcelona, empezó con una jauría de putas, locas, trans, invertidas y demás fauna revolucionaria, que fueron capaces de decir basta a una sociedad que les negaba llevar una vida acorde con su cuerpo y su orientación sexual.

Barcelona, 27 de junio de 2015

Fotografías de Bru Aguiló, Xavi Ariza, Jorge Lizana y Rober Astorgano.
Texto de Khira.