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Hoy se produjo un desalojo más, en una ciudad dónde el Estado Policial impera como Juez y parte de un convenio entre el Gobierno del Alcalde Trías y sus socios amigos de TMB.

Can Víes resistía desde estas últimas noches un desalojo anunciado, con personas encadenadas y muros de cemento para impedir la tarea de las brigadas fuertemente armadas y acompañadas por una grúa, a la que le llevó casi siete horas romper hasta el último bloque.

Por cielo y tierra, desde este mediodía el barrio de Sants, se vió cercado por más de 30 furgonas policiales y un helicóptero que sobrevoló la zona durante largas horas.

La manifestación convocada para las 20 hs, comenzó con una lluvia intensa, que no impidió que la multitud marchara hacia la Estación de Sants donde se topó con otro fuerte cordón policial que rodeaba el recinto y no permitía el acceso de las personas, sin identificación previa.

Se pudieron ver sofisticadas cámaras en los uniformes de la policía, peligrosas armas que se encuentran prohibidas por el Parlament, balas de goma, que se dispararon, esta vez sin víctimas. También se hizo uso de cañones de sonido, tampoco dejaron atrás las tradicionales porras con las que se ensañaron contra la cabecera de la manifestación, qué sólo portaba una bandera, mientras a sus espaldas ardía un coche de TV3 que lamentablemente en es momento tampoco estaba tomando imágenes de esa carga contra los jóvenes.

Al comenzar las cargas mas violentas, la colaboración de TMB con la policía fue crucial, al cerrar 3 estaciones de metro, para que pudieran continuar con las carrerillas habituales de las furgonas repartiendo a diestra y siniestra, contra la gente que quería retirarse del sitio y contra la que resistía valientemente a semejante y desproporcionado despliegue de violencia a golpe de porra.

Los Mossos de Esquadra asaltaron el local del periódico La Directa rompiendo vidrios que produjeron heridos leves.

Durante toda la noche se produjeron al menos dos detenciones, según organismos de derechos humanos y abogados que acompañaban la marcha. Se multó a personas por sacar fotografias. Hubieron muchos heridos por contusiones. Bastantes más que containers ardiendo.

El barrio resistió a un cruel desalojo, que no era el primero, ni será el último. Porque Can Vies no se toca y sabe resistir a los negociados de los amigos del gobierno municipal, enquistados en ATM , cambiando el miedo de acera, de su seguridad privada, dotada de tan sofisticado armamento para terminar liándose a golpes y destrozando editoriales. Seguridad privada, pagada por todos, llamada policía autonómica.

Los centros sociales son de todas, las oficinas de TMB, de directivos que se enriquecen mientras los usuarios del transporte pagan sus deudas millonarias con los billetes más caros de Europa en relación al sueldo base de los trabajadores.

Malas gestiones de TMB, que ameritan investigarse, prácticas policiales que requieren urgentes dimisiones.
Texto: Victoria Columba
Fotos: Pedro Mata