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10 años de guerra y ocupación en Irak, 10 años de impunidad

Barcelona, 20 de marzo.- En Barcelona fue un jueves, nuestros relojes marcaban las 3:35h de la madrugada. Seguramente la mayoría dormíamos. Faltaban aún horas para que el sol iluminara el cielo. En Bagdad también era jueves, sus relojes marcaban las 5.35h. Unos 40 misiles Tomahawk iluminaron el cielo justo antes de destrozar “objetivos selectivos”; probablemente fueron muchos los que ya no despertaron. Esos bombardeos no cesaron hasta 26 días después, cuando la ciudad de Tikrit fue tomada. Hicieron falta ocho meses para que los invasores consiguieran su objetivo: capturar a aquel del que debían salvar a todas las personas que asesinaron con sus armas de liberación.

El día 4 de abril, 15 después del inicio de la guerra de Irak, las tropas estadounidenses habían terminado con las vidas de 1.250 civiles mientras que la cifra de heridos se elevaba a 5.000. Esas cifras son irrisorias si se comparan con las finales. «La invasión y ocupación ha supuesto la muerte de más de un millón y medio de iraquíes y ha provocado cinco millones de desplazados»: estas eran las cifras que la actriz catalana Carme Sansa leía esta tarde en la concentración que ha tenido lugar en la Plaça Catalunya de Barcelona. La Plataforma Aturem la Guerra (Paremos la Guerra), convocante del acto, lleva trabajando desde el 26 de septiembre de 2002 en la organización de respuestas ciudadanas contra la guerras y contra cualquier tipo de agresión a un país.

Hoy, a las 19.30h, cientos de velas dispuestas formando el símbolo de la paz iluminaban el suelo de una esquina de la plaza —una conocida marca de automoción, a la que no nombraremos porque no nos lo va a pagar, tiene ocupado el centro desde hace ya varios días—. Más de un centenar de personas se agrupaban alrededor del enorme círculo que las velas dibujaban, mientras muchos recordábamos la masiva manifestación que tuvo lugar en 2004: «Hoy hace diez años del inicio de la invasión de Irak por parte de los Estados Unidos y sus aliados, entre ellos el Estado español. También estos días se cumplen diez años de las grandes movilizaciones en Catalunya contra aquella guerra». También diez años en los que se han seguido cometiendo crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad, ataques deliberados contra la población civil, uso de armamento prohibido por las convenciones internacionales —armas químicas, agente naranja, uranio empobrecido—. La lectura del manifiesto deja patente la violación de la Convención de Ginebra por parte de los EEUU, «que establece que el país ocupante no puede modificar el régimen político establecido». La
violación de los derechos humanos es constante: «juicios sin garantías procesales, falta de derechos de los detenidos, tortura de los presos políticos, abusos sexuales, violaciones, ejecuciones (65 personas en 2012)»: han recordado que la ONU ha pedido una moratoria de la pena de muerte.

La lectura del manifiesto ha terminado con la petición de la retirada de todas las fuerzas militares que ocupan el país, la exigencia por el respeto de los derechos humanos y la reclamación de que «los responsables de la agresión rindan cuentas ante la justicia internacional. Exigimos a la Corte Penal Internacional que cumpla con su obligación legal de investigar, juzgar y sentenciar a todos y cada uno de los responsables de los crímenes de
guerra que desde 2003 se han cometido en Irak»

Junto a Carme Sansa se encontraba también la cantautora Marina Rossell, que ha recordado su actuación en Bagdad junto a la Plataforma de Mujeres Contra la Guerra unos días antes de que esta estallase en la capital irakí. El actor Carles Arquimbau, otro de los convocantes de la concentración, ha recordado la denuncia que, en febrero de 2004, la Plataforma Cultura Contra la Guerra —de la que es coordinador—presentó ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya contra el entonces presidente del gobierno español, José María Aznar, por su apoyo a la guerra de Irak. Entre los manifestantes congregados alrededor de las velas se encontraba Pepe Beunza, el primer objetor de conciencia contra la mili forzosa «con dos consejos de guerra encima y el orgullo de que el segundo me considerase un desertor»

Una anécdota de la que voy a reservarme cualquier tipo de calificativo: al acabar el acto, un grupo de manifestantes se ha acercado a Pere Navarro, primer secretario del Partido Socialista catalán, que ha estado presente desde el inicio del mismo. Rodeado de sus guardaespaldas, les ha escuchado durante varios minutos. Después ha abandonado la plaza, rodeado de sus guardaespaldas…

Texto de Mónica Solanas

Fotografías de Mònica y Manuel