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Barcelona 18 de abril

Cientos de ciudades alrededor del mundo han salido este sábado 18 de abril a la calle para mostrar el rechazo colectivo a los acuerdos del TTIP (Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión) entre EEUU y Europa y negarse a permitir que negocien en nuestro nombre. En Barcelona, centenares de personas han desfilado desde Passeig de Gracia hasta Plaça Sant Jaume, para dejar claro que las personas y el planeta están antes que los ingentes beneficios de las multinacionales.
La aprobación del TTIP supondrá un jaque mate a la vida tal y como la conocíamos hasta ahora para todos nosotros.
Si nos quedamos sentados y no hacemos nada al respecto, la lista de consecuencias que tragaremos durante el resto de nuestra vida es largo: Las Empresas podrán demandar a los Gobiernos si estos no ceden ante sus intereses; por ejemplo si un Gobierno quiere negarse a explotar los combustibles fósiles de su región, la empresa en cuestión pondrá una demanda y este deberá permitirlo. Se elimina la seguridad alimenticia desregulando las restricciones sobre transgénicos, pesticidas y carne tratada con hormonas; es decir, la comida tendrá más componentes tóxicos, que provoquen alergias y anulen la efectividad de los medicamentos. Supondrá la desaparición de la pequeña agricultura y el mundo rural. Se facilitará la privatización de sectores públicos, como ya ha pasado con el energético y el agua, que precarizarán más las condiciones laborales. Se producirá una reducción de la legislación medioambiental, permitiendo prácticas como el fracking. Se reintroducirán elementos del Acuerdo Comercial Antifalsificación; dicho de otro modo, los proveedores de Internet podrán vigilar y controlar todos los movimientos de los usuarios, es decir nosotros, a su libre albedrío.
Abanderándose de una falsa voluntad por promover la equidad y la democracia, se limitan a garantizar los intereses de sectores y elites muy concretos. Estos acuerdos no son más que una arma política para desposeer a los ciudadanos de sus derechos. Y evidentemente se están negociando a puerta cerrada y bajo secreto de sumario; no quieren que sepamos cómo van a sentenciar las vidas de todos nosotros, sin excepción.
Las elites y la ciudadanía vivimos en burbujas paralelas, el problema es que ellos tienen el poder de interferir en la nuestra si seguimos acatando. Reaccionemos.
Texto Alba Ortega.
Fotografías Xavi Ariza