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Barcelona, 23 de enero de 2014.- La cita es en la Ciutat de la (in)Justicia de Barcelona. Andrés, uno de los integrantes del colectivo de Iaioflautas, debe comparecer por los hechos sucedidos durante el escrache a Manel Prat el pasado mes de noviembre.

Llega Jordi Arasa, el subinspector de las ARRO que detiene a personas discapacitadas, con su uniforme de “combate”. Decide mantenerse a media distancia, acompañado de un grupo de personas vestidas de paisano.

A las 12 del medio día los testigos citados siguen esperando ser llamados. El abogado de Andrés sugiere la posibilidad de tomar una foto pirata al pirata de Arasa, firme con su uniforme de “combate” ante el tribunal, con la pistola colgada de la cartuchera. Pero solo es una sugerencia.

Tras una negociación, los del uniforme ofrecen llegar a un acuerdo: que Andrés pague 45 euros; el abogado de Andrés se niega.

Mientras, los testigos son requeridos para entregar sus DNI; los documentos identificativos entran en la sala pero los dueños deben esperar en el pasillo. Al rato, llaman a una de las testigos, Charo, a declarar. Al cabo de otro rato salen todos; el abogado de Andrés visiblemente enojado porque el juez no ha citado a los otros dos testigos que aguardaban en el pasillo; arguye que tiene muchos juicios.

La pena máxima que puede caerle a Andrés por falta: el pago de 4 euros diarios durante 15 días, aunque la pena definitiva se sabrá en unas 3 semanas. Los testigos esperan la devolución de sus DNI y abandonan el recinto.12101527784_f5881bf520_z

Mientras, en la calle, dejándose ver por los ventanales del pasillo en el que están los testigos no llamados a declarar por exceso de juicios, los Iaioflautas está haciendo ruido, mucho ruido: una inyección de moral para los de dentro de la sala, también para los que están en el pasillo. Se les va manteniendo informados de todo lo que va aconteciendo arriba. El ruido aumenta con la salida triunfante de Andrés.

 

Fotografías: Pepa Vives, Albert Bort
Texto: Jorge Lizana, Mónica Solanas
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