Cádiz, la puerta en la frontera Sur

Estoy en Cádiz, en Cái, Cái (los gaditanos entenderán esta puntualización) y, aunque ya casi no sea noticia, no podemos olvidar que las llegadas de personas migrantes desde África no cesa y a esta provincia llega un numero que supera las 1.000 personas cada semana, con llegadas diarias de pateras a los núcleos urbanos mas próximos al continente africano, pero cada vez suben mas por la costa de la provincia para evitar los controles de la Guardia Civil, recientemente ya apareció una patera en la playa de la Barrosa en Chiclana, atestada de bañistas que aplaudieron su llegada y su huida, algunas personas lloraban de pena. Hace un par de días hubo una nueva llegada a la playa de Valdelagrana en el Puerto de Santa María, bastante mas hacia el Norte. La aparición de pateras en estos nuevos puntos hace suponer que cada vez arriesgan mas para evitar los controles fronterizos con viajes mas largos y la provincia de Cádiz tiene muchos kilómetros de costa playera donde es relativamente fácil desembarcar.
La situación para el salvamento, si se requiere, la recepción y control de todas estas personas es muy difícil, los buques de rescate no dan abasto, los medios y el personal para recepcionar y atender a todas estas personas son muy escasos y si el asunto no ha llegado al caos absoluto se debe a la colaboración de ayuntamientos y ciudadanos que aportan espacios para alojamientos temporales y alimentos, elementos de aseo y otros artículos de imperiosa necesidad para proporcionar una vida medio digna los días que tarda su traslado a otros centros o su devolución a Marruecos, aun así se encuentran con la oposición frontal de un sector de la sociedad y de algunas autoridades, que recurren a frases como «si te gustan los emigrantes mételos en tu casa» o la denegación del uso que se le da para alojamiento a determinados polideportivos.
Aquí se hace buena la afirmación solo el pueblo salva al pueblo.
Hoy he podido participar en Cádiz en una acción que se lleva a cabo los primeros Miércoles de cada mes, los llaman círculos de silencio y aquí lo organiza la Diócesis de Cádiz, si, la Diócesis, con participación de miembros de muchos colectivos, migrantes, feministas, pensionistas, APDHA, alguno llegó incluso gritando consignas contra la conferencia episcopal.
La acción no es mas que hacer un circulo de personas que tras leer un manifiesto contra las políticas de fronteras de España y la U.E. permanecen durante un tiempo en el mas absoluto silencio, se hizo simultáneamente en diversas localidades de la provincia y también en Madrid.
En Cádiz se finalizó entonando el Canto a la Libertad de Labordeta.

Texto y fotos: Jorge Lizana

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