Desde junio han llegado a Bcn procedentes de la Frontera Sur unos 2500 subsaharianos.
Este domingo llegaron 2 autocares uno al mediodía y otro a primera hora de la noche. El primero con unas 100 personas y en el segundo una veintena.
La mayoría están de paso y son considerados como personas en tránsito por lo que no entran en el circuito de acogida que tiene la ciudad. Esto significa que muchos, hasta dirigirse a su destino final, han de dormir en casas particulares de activistas o miembros de organizaciones sociales.
Llegan a la Estació del Nord en autobuses de línea regular. Vienen con ropa limpia y 80 euros que se les da para primeras necesidades y/o para el billete que les llevará al lugar donde está su familia, amigos . . .
Muchos de estos familiares o conocidos ya saben de su llegada a Bcn y vienen a buscarlos a la misma estación o quedan en un lugar determinado, pero a muchos de los recién llegados no los espera nadie, ni saben donde ir, ni se les ha explicado.
Activistas independientes o voluntarios de organizaciones sociales ya llevan un par de horas pendientes de si llega o no algún autobús o de si aún hay alguien por la estación de cualquier día anterior. Es ésta gente la que hacen de verdad el trabajo de acompañamiento, sencillamente hablando con ellos, preguntándoles por su situación, explicándoles como llegar a su nuevo destino o que pueden hacer de momento en esta ciudad a la que recién llegan.
Unos 10m antes de la llegada aparece La Cruz Roja, les ofrece una ducha, un plato de comida y luego han de buscarse la vida.
El centro de la Cruz Roja está situado justo al lado del antiguo porche de entrada al Tanatorio de Sancho de Ávila. Se da la circunstancia que las personas migrantes aún sin lugar en el que dormir ni sitio al que ir, han improvisado, a escasos 10m del edificio, unos pequeños dormitorios con colchones y al menos bajo techo.

Fotos: Manuel Roldán y Pedro Mata.
Texto: Pedro Mata.

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